Vol. 6 Núm. 1 (2012)

Vol. 6 Núm. 1 (2012)

Editorial


UNA REFLEXIÓN:
HACIA LOS CONTEXTOS B-LEARNING


Karolina González Guerrero
Editora
En el proceso formativo del docente intervienen significativamente aspectos que afectan el desempeño
profesional prospectivo del educador. En primera instancia, se evidencia claramente el marco
normativo y legal que reglamenta la jurisprudencia a través de la Constitución Política de 1991, las
leyes (Ley 115 de 1994 y Ley 30 de 1992), los decretos (Decreto 272, Decreto 0709, entre otros) y
las resoluciones que establecen las orientaciones oportunas sobre la formación docente.
Las concepciones de sociedad de la información, la sociedad del conocimiento, el uso pedagógico de
las tecnologías de la información y la comunicación, desencadenan el establecimiento de procesos
formativos y el cambio paradigmático de la educación superior, centrándose en aspectos metacognitivos,
autoformativos y transdisciplinarios (UNESCO, 2004).
A raíz del impacto que poseen estos modelos mixtos de formación, se considera que la educación
superior tiene como objeto de estudio, básicamente, en la formación de profesionales bajo otra
concepción. Imbernón (2000) quien apela a una formación inicial que aún en términos de comienzo
de otro decenio, se haya elocuente ante las acciones de emprendimiento, para el perfeccionamiento
de la labor pedagógica. Sin embargo no es suficiente, también resulta permisible el devolver cierto
estatuto epistémico al acto formativo del maestro, revaluando los aspectos del conocimiento y las
estructuras complejas e interdisciplinarias que deben ser analizadas crítica y reflexivamente para
ser concordantes con las acciones formativas y desempeños del educador.
Algunas tendencias de la formación docente que se contrastan en el presente estudio, demarcan
desarrollos evolutivos, cognitivos, humanistas y praxeológicos (Arias y Rojas, 2001), retos y desafíos
para afrontar en la formación docente en la medida que su labor trascienda el transmisionismo y el
escenario institucional (Aguarredondo y Bralavsky, 2003), a través de perfiles formativos propios
de las necesidades nacionales como lo plantean en su estudios ASCOFADE (2006), Torres y Torres
(2002) y la Universidad Nacional de Colombia (2008) para comprender el fenómeno de la acción
pedagógica y didáctica del maestro en épocas contemporáneas, sopesadas por el artilugio tecnológico
y el rompimiento de paradigmas en pro de la cimentación de la calidad educativa.
Surge la importancia de una reflexión hacia los contextos b-learning, entendidos como una combinación
de actividades presenciales con herramientas virtuales de la educación a distancia, en los que
se potencia lo mejor de cada uno de los contextos mencionados por Bonk, C. & Graham, C. (2006).

Varias investigaciones, que tienen como enfoque el desempeño del docente en contextos virtuales,
proponen que el docente debe actuar como facilitador de los procesos de aprendizaje y debe ser
quien incentive a los estudiantes a asumir el control de sus acciones formativas (De Laat, &Lally,
2004), (Goodyear et al., 2001), (Mazzolini & Maddison, 2003).
Es importante, entonces, reconocer la formación del docente encaminada al reconocimiento del
contexto, los lineamientos políticos y aspectos relacionados con su desempeño y las habilidades que
fundamenta en el uso de tecnologías educativas para afrontar los retos de la praxis. En ese orden de
ideas, el presente estudio trata de establecer unos componentes históricos, conceptuales y legales
acerca de la formación docente, llegando luego a entablar una propuesta de formación vinculada a
instancias, ejes temáticos y perfiles que puede asumir el docente a manera de competencias o ámbitos
de desempeño en la educación superior que articula modelos b-learning.

Publicado: 2012-01-15

Artículos de investigación