Bioética: por un diálogo inter y transdicisplinar
Resumen
Durante el desarrollo del siglo xx, en el contexto académico e intelectual se agudizó la discusión entre ciencias blandas y ciencias duras; entre ciencias exactas y experimentales con las ciencias humanas, humanidades y ciencias sociales. Este hecho en la academia occidental, y más marcado en los países latinoamericanos, generó un imaginario social en el que las ciencias exactas (duras) se consideraban como aquellas que “sí” cumplían con los requisitos para ser llamadas científicas; mientras que las ciencias humanas, sociales o de humanidades se concebían como ciencias especulativas. Craso error de la sociedad académica e intelectual haber entendido las ciencias desde una clasificación y estratificación jerárquica, fenómeno que favoreció que se olvidara que tanto unas como otras producen conocimiento y han permitido la transformación y el mejoramiento en la calidad de vida de los seres humanos. Pero más que eso, se olvidaron de que la producción de sus conocimientos debía cumplir con el objetivo de proteger la sacralidad de la vida; sumado a esto, el enceguecimiento acrítico de ciencias exactas y sociales frente al sistema capitalista y de mercadeo del conocimiento es una circunstancia que en el siglo xxi es más evidente y real[1].
[1] Este aspecto de mercado vs. conocimiento, capitalismo vs. conocimiento, ciencia vs. producción es un aspecto delicado en el contexto educativo mundial, que merece ser abordado y estudiado, pero que no es el centro de este escrito.