De la masacre de Nanjing a la nueva Ruta de la Seda: geopolítica y geoeconomía a comienzos del siglo XXI
Resumen
Las transformaciones constantes dentro del sistema internacional obligan a los Estados a
adaptarse de manera permanente y a desarrollar nuevas capacidades con el fin de lograr influencia y
poder a nivel global. Es el caso de China, el cual ha emprendido una serie de transformaciones internas
y externas que lo proyectan como una de las potencias más relevantes del presente siglo. De este
modo, las herramientas clásicas del pensamiento geopolítico fueron adaptadas al ejercicio de una
nueva forma de entender el mundo: la geoeconomía. Esta forma de desarrollar la política exterior
se caracteriza por el uso de las variables económicas en el juego diplomático y de la disuasión en la
comunidad de naciones. De tal manera se hace relevante comprender las formas en las que se construye el poder actualmente, el cual relega a un segundo lugar el papel de lo militar y la guerra, para
darle paso a la economía y a los mercados. Esto no significa que el poder derivado de las capacidades
militares desaparezca; se convierte en una herramienta secundaria de disuasión, importante, pero
subsididaria, de todas las herramientas y estrategias derivadas del uso de lo económico.