Anfibios de los Cerros Orientales de Bogotá
Resumen
Los anfibios, pese a ser en algunas ocasiones organismos muy comunes y fáciles de observar, son animales poco comprendidos y reconocidos por el público en general. Su diversidad en términos de tamaños, colores, sonidos que emiten, formas de reproducirse, entre otras, es realmente extensa e inesperada para quien inicia en el estudio de la biología del grupo. Adicionalmente, con sus alrededor de 4000 especies descritas, los anfibios poseen una diversidad comparable e incluso un poco mayor a la de los mamíferos que tanto nos son familiares para nosotros. Colombia es el país con más especies de anfibios por únidad de área en el mundo entero. La sabana y los cerros bogotanos, pese a su muy alta elevación y a estar sujetos a cientos de años de destrucción humana, reflejan esa diversidad, con alrededor de ocho especies conocidas para la zona. A pesar de esto, los anfibios bogotanos son sorprendentemente poco conocidos por los humanos con los que coexisten.
Bien sea cantando, o simplemente descansando sobre la vegetación o en ambientes húmedos, en los alrededores de la ciudad de Bogotá, se encuentran ocho especies de ranas (la rana sabanera, Dendropsophus molitor; la rana de cristal, Centrolene buckleyi; las ranas de lluvia, Pristimantis bogotensis y P. elegans; la falsa rana venenosa; Hyloxalus subpunctatus; y las muy poco frecuentes; Hyloscirtus bogotensis e Hyloxalus edwardsi) y una especie de salamandra (Bolitoglossa adspersa). Estos anfibios se pueden encontrar generalmente entre la hojarasca de bosques húmedos o páramo, y son normalmente activos durante la noche (con la excepción de las falsas ranas venenosas). La rana sabanera es probablemente el anfibio más común de los humedales bogotanos. Como resultado de esto, es la especie de anfibio bogotano más conocido por sus habitantes humanos lo cual se ve reflejado en que sea el símbolo de la empresa de acueducto de Bogotá.
Alimentándose de insectos y otros invertebrados que no solo nos pueden incomodar, sino también afectar nuestros cultivos y hasta nuestra propia salud física, los anfibios son componentes muy importantes de nuestros ecosistemas, y nos prestan servicios que aún no reconocemos. Entre ellos sobresale su función como indicadores ambientales o, en otras palabras, como determinantes de qué tan “saludables” son los ambientes en los que habitan. De tal manera, cambios abruptos en qué tan comunes son las poblaciones de anfibios o aumentos inesperados en el número de anfibios malformados, nos pueden alertar de los riesgos a los que estamos siendo expuestos. Por tal motivo, es fundamental conocer más a los anfibios, no sólo por lo maravilloso de su diversidad sino también porque son un reflejo de los daños que hacemos al medio ambiente, y en últimas a nosotros mismos.
En los últimos 20 años se han observado declives muy grandes en las poblaciones de anfibios alrededor del mundo. Sorprendentemente, en términos generales, los anfibios de la sabana y cerros bogotanos no parecen haber declinado a niveles tan extremos como en otras partes del mundo. Sin embargo, es claro que las poblaciones de todas las especies de la sabana y cerros bogotanos han disminuido considerablemente. De hecho, por lo menos tres especies de las especies de anfibios bogotanos son muy infrecuentes en la actualidad, a pesar de haber sido relativamente comunes en el pasado (la rana de torrente, Hyloscirtus bogotensis, la falsa rana venenosa, Hyloxalus edwardsi, y la salamandra, Bolitoglossa adspersa). Inclusive, una de ellas (la falsa rana venenosa, Hyloxalus edwardsi), no se ha podido volver a encontrar desde casi 30 años, y probablemente haya desaparecido para siempre. De tal manera, si continuamos con nuestro uso indiscriminado de sustancias químicas en el ambiente, con la urbanización y deforestación desenfrenada, no sería tan inesperado que otros anfibios siguieran ese mismo destino. Es fundamental que reconozcamos a nivel morfológico y valoremos los anfibios que tenemos en las cercanías de nuestra ciudad capital y su papel en los ecosistemas, para que los servicios que nos brindan puedan continuar para las próximas generaciones.

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